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Las rutas migratorias de los Balcanes se han visto reactivadas en los últimos años por la llegada de migrantes originarios de Oriente Próximo, Medio Oriente, Asia y África. Al mismo tiempo, se han ido poniendo en marcha diversos mecanismos gubernamentales de devolución de migrantes a los países de origen o de tránsito. Los acuerdos de readmisión permiten, por ejemplo, la devolución en cadena de migrantes hacia los Estados por los que han pasado. Asimismo, todos los Estados miembros aplican el Reglamento de «Dublín III», que contempla un mecanismo de devolución de migrantes al primer país donde hayan presentado su solicitud de asilo. Con el fin de sortear los obstáculos, cada vez mayores, que encuentran las personas migrantes para llegar a Europa por las vías legales, muchas de ellas emprenden un auténtico periplo a través de los Balcanes.

Lo que hemos intentado representar en este mapa es el recorrido que ha realizado un joven marroquí. Procedente de Casablanca, llegó primero en avión hasta Estambul, el principal punto de partida de las «rutas balcánicas». Entonces no imaginaba que su viaje se convertiría en cuatro años de peregrinaje migratorio. Al joven le tomarán las huellas en Zagreb para incluirlas en la base de datos de Eurodac; a su llegada a Innsbruck, en Austria, le meterán en un centro de internamiento para devolverlo a Croacia en aplicación del Reglamento de «Dublín III».

No es, ni mucho menos, un caso aislado. Los Balcanes representan hoy una nueva zona de tránsito, pero también la «esclusa»[1] a la que son devueltas muchas personas migrantes en contra de su voluntad.

[1] Mustafa Aslan y Jean-François Pérouse, « Istanbul : le comptoir, le hub, le sas et l’impasse », Revue européenne des migrations internationales [En línea], vol. 19 – n°3 | 2003, publicado en línea el 09 de junio de 2006